aventuras y desventuras de una Zeus del ochenta y poco, una Lapierre de 2013 y el dueño de ambas, del 68
oficinas
En la fachada de mis oficinas murcianas: el Barco Mallorquín. Aquel día llegué desde Alicante por la nacional y a pocos kms del final me extravié en la huerta: la añoranzas y el subconsciente.
Esas oficinas saben a café
ResponderEliminarMás a quinto de Estrella que a café, la verdad ;-))
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