Fue la primera -y única hasta ahora!- que logré subir al Balcón de Alicante, a los pies del Maigmó. Hasta entonces no había pasado de La Melonera. La rueda trasera resbalaba en las horquillas de la subida y tuve que hacer dos paradas técnicas -traducido: tomar aire...-, pero lo logré. Sólo guardo esa foto de aquel día. Aquí la Zeus aún llevaba el trasportín trasero que recientemente le he quitado y que durante años me ha acompañado.
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