humedad relativa

El verano, que se prometía tranquilo, se tornó tempestuoso por mor de la humedad relativa, ese intangible que todo lo gobierna y todo lo influye.


La primera es de cómo uno trasporta como puede, valgan las metáforas. Flores para mamá, sin metáforas. La foto de J. V. que por allí pasaba.
La segunda, de cómo algunos consiguen lo que yo no: meter su bici en el mercado central de Alicante y hacer la compra con ella. Coincidimos en el mismo puesto. De Alemania vino en ella, me dijo el verdulero. Un solo plato y tres o cuatro piñones. Quería venir en bici el hombre y ya está. Querer.
La tercera es de P., con el que coincido a menudo a las puertas del templo. Junto con la Zeus, es la única que queda con asiduidad por estas calles de aquellos años. Quedaba una más, pero al pobretico mío se la robaron hace poco y él se quedó sin bici y yo sin fotografía.
La última, con el objeto del delito por montera. El vaso de los mojitos del último caballero Jedi.




No hay comentarios:

Publicar un comentario