La ruta de hoy: pequeña y exploradora. Territorios y condiciones ambientales ignotas para el ciclista que suscribe. Miedo por la nieve y el hielo. Luego, el miedo fue cediendo al disfrute. Nunca he esquiado y de pronto me vi esquiando sobre una bicicleta. La inmensidad de la naturaleza cubierta de blanco. Las pistas perdidas. El agua tomando posesión jerárquica. Mucha, pero que mucha belleza. Sonaba un blues de una mujer en mi cabeza.
En medio de la ruta, el hospital que en su día albergó esperanzas vanas para los portadores del bacilo de Koch.
Mañana, si todo discurre según lo previsto, será más larga la travesía, aunque haya que acompañar a pie buena parte del trayecto.
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